Cuando Sandra dio a luz a su hijo, la enfermera se negó a dejarla sostener a su recién nacido durante los dos primeros días. La enfermera no pensó que Sandra podría cuidar a su hijo porque era ciega.
Sandra es abogada y activista de derechos humanos y está bien capacitada en derechos humanos para personas con discapacidad. Aun así, ella no vio el incidente como algún tipo de violación.
En una reunión informativa organizada como parte del proyecto MyRight sobre violencia sexual contra mujeres con discapacidad, Sandra se dio cuenta de que a lo que la enfermera del BB la sometía era una violación relacionada con su discapacidad.
El conocimiento de la violencia, el abuso y las violaciones contra las personas con discapacidad es muy bajo y se requiere un mayor compromiso de la sociedad en su conjunto.
Sandra cree que es importante aumentar el conocimiento y que también tenemos que trabajar dentro del movimiento de derechos funcionales ya que muchos no entienden lo que constituye una infracción. Sandra se ha convertido ahora en la persona de contacto para el trabajo contra la violencia sexual en la coalición de organizaciones para personas con discapacidad en la región de Bihać. Uno de sus objetivos es tratar de llegar a todas las víctimas reales y potenciales de la violencia sexual y animarlas a aprender cómo responder y cambiar su situación para mejor.