En los proyectos de asociación que llevamos a cabo nosotras y nuestras organizaciones miembro, se brindan oportunidades para el intercambio de experiencias y se crea conciencia sobre cómo es vivir con una discapacidad como mujer.
Al visibilizar a las mujeres con discapacidad y a las mujeres como familiares de una persona con discapacidad, los proyectos contribuyen a un desarrollo social positivo y, al mismo tiempo, constituyen una oportunidad para que las personas adquieran autonomía.
En la cooperación al desarrollo, es importante analizar cómo la situación actual afecta de manera diferente a hombres y mujeres, cómo la viven hombres y mujeres y qué medidas se requieren para satisfacer las necesidades tanto de hombres como de mujeres. Cuando las perspectivas de las mujeres se hacen visibles, a menudo conduce a que las mujeres se vuelvan más activas, por ejemplo, en las organizaciones locales. Esto, a su vez, puede contribuir al conocimiento y las experiencias que hacen que las mujeres se atrevan a participar y se involucren más en otras partes de la sociedad también.
Trabajar de una manera que promueva la igualdad de género puede significar promover la participación de las mujeres y fortalecer la posición de las mujeres en la organización, pero también puede significar lo contrario. En algunas organizaciones, por ejemplo, puede tratarse de tener actividades específicas para involucrar a más padres y lograr que acepten y cuiden a sus hijos con discapacidades.